sábado, 9 de enero de 2016

Paradoja - Capítulo 7 - Cortando cables

9 de Noviembre de 2010.
02:16 am. Alcantarilla de la mansión Toreador. Dresde

Habían pasado ya dos horas desde que entrara allí. No estaba animado y eso no ayudaba.
Vaya mierda de noche... No tengo ganas de subir ahí arriba pensó.

La alcatarilla seguía igual de monótona. Nadie se había movido detrás de las rejillas. Nada. Pelos miraba de soslayo a su amo. Parecía comprender lo que le pasaba. Pero también parecía que no le importaba en absoluto. Seguía limpiándose el morro cada 5 minutos. Como de costumbre.



Parece que se escucha algo ahí fuera... A los cinco minutos alguien golpeaba suavemente la rejilla por donde el debía entrar en algún momento.
Un chico de unos 25 años estaba golpeando con una barra llamándole desde el interior del edificio.
Fran dudó un momento y se incorporó rápidamente para acercarse.
-Soy Ferdinand, ¿vienes por Frosch? - preguntó el tipo rubio que se encontraba con la cabeza cerca de la rendija pero la suficiente distancia de seguridad que pudiera ser necesaria.
-Sí, ya era hora. ¿Son eso sirenas?
-Parece que ya han activado las alarmas. Tenemos que ir rápidamente arriba. El edificio se está quedando vacío.
-Pensaba que sólo iban a apagar las luces y no iba a haber alarmas...
-Lo mismo digo. - Ferdinand estaba abriendo la rendija con ayuda de Fran.

Una vez dentro, en la bodeja se dispusieron a subir rápidamente para buscar el ansiado objeto.
Pero al subir por la escalera a una habitación del piso bajo no encontraron ningún tipo de persona o vampiro. Sólo objetos tirados por el suelo, como si hubieran salido con mucha prisa del lugar. Los muebles parecían estar intactos. Las luces seguían encendidas. Debe haber algún motor que haga saltar luces de emergencia... pero todas las luces siguen encendidas...

Subieron entonces al siguiente piso, por indicación de Ferdinand, con precaución por si se encontraban con resistencia de algún tipo.
Al llegar se encontraron con un largo pasillo recorrido por una alfombra roja. Esta vez siniestramente decorado con sangre en las paredes y trozos de papel decorativo de la pared se deshilachaban hasta llegar al suelo o colgando aún formando girones.
Al fondo del pasillo había un cuerpo un poco extraño para ser de un humano. Se encontraba con una posición nada natural en el suelo con la cabeza y el hombre derecho levantado apoyados en la pared. Eso permitía ver su cara desgastada por lo que parecía haber sido, sino alguna década, casi un siglo.
Parecía una momia vestida de lo más elegante con un traje negro y camisa blanca... agujereadas.

Decidieron entrar por la primera puerta a la izquierda antes de seguir el pasillo a lo que parecía la puerta de una habitación de una persona importante.
La habitación parecía ser una sala de exposiciones, pero no la que se mostraba esa noche. Era amplia y tenía espacio suficiente para más obras de las que había. Las estatuas y otros grandes objetos eran difícil de reconocer debido a la tela blanca que recubría cada uno de ellos. La luz estaba apagada pero una de las ventanas estaba abierta y dando ciertos golpes aritmicos debido al viento.

A Fran no le gustaba el detalle de la ventana. Además juraría que había visto moverse una de las telas de un modo bastante extraño para ser la corriente. Paró a Ferdinand con la mano izquierda e intentó mirar más fijamente la zona donde creía haber visto algo. -Sal de ahí, quien seas.- Exclamó.

La sombra detrás de la tela se movió como intentando ocultarse más. Era obvio que la inquieta tela de la estatua no le estaba ayudando a ocultarse.
Cuando el blanco se retiró para mostrar una figura bastante humana detrás de ella, esta se alzó de un salto y se movió rápidamente hasta 5 metros de Fran con lo que parecía un arma en la mano. Fran ya le apuntaba cuando, gracias a la poca luz de la luna que se difundía por la habitación le permitió discernir el rostro de Irvin. -¡Maldita sea, Irvin!
-¿Le cononces?
-Claro, él es el que se encargaba de apagar las luces y...
Antes de que terminara la frase, Irvin bajó el arma rápidamente y con una mueca de preocupación le cortó: -¡No me dio tiempo a cortar ningún cable! He venido en cuanto he podido después de escuchar la alarma. Subí por el acanalado de la fachada.
-¿Que no has cortado los cables?
-No, alguien más estaba interesado en entrar aquí esta noche.
-Eso explica los cuerpos y el desastre ahí fuera.
-¡La piedra! ¡Tenemos que encontrarla!- salió de la habitación como un rayo y los dos restantes le siguieron.
Ferdinand entró en la habitación del fondo del pasillo ignorando el cuerpo en el suelo.
Cuando entraron Fran pudo llegar a ver un cuerpo saltando por la ventana entreabierta a su izquierda.
Dio un salto hasta llegar a la ventana y vio a cuatro personas distintas alejarse por el jardín a través de los arbustos. Era difícil asegurar cuál era el que había salido de un salto, si es que no había tenido una especie de aparición. De todos modos, parecía sentirse de nuevo un poco más animado.

Al darse la vuelta, vio a Ferdinand mirando en el suelo entre papeles y distintos objetos de oficina que se esparcían por lo que parecía ser un despacho de alguien adinerado. El escritorio parecía de madera maciza tallado de una forma un poco anticuada según el gusto de Fran. Dos cuadros que aún se mantenían medianamente en la pared representaban batallas de la época napoleónica. Uno de ellos tenía el motivo de una carga de caballería contra una infantería de soldados con colores verdosos y rojizos en su uniforme que esperaban desordenados lo que parecía su fin.
En los muebles no había un cajón en su sitio. Las puertas estaban abiertas y lo que seguramente había pertenecido a su interior se encontraba ahora haciendo una desordenada alfombra de atuendos caros pero pisoteados.
Irvin buscaba en un tocador algún objeto de valor.
-No puede ser, no está aquí.- murmuró Ferdinand lo suficiente nervioso como para que lo escucharan sus dos compañeros.
Pasaban los minutos y todos los objetos que encontraban Irvin y Fran parecían carecer de valor para Ferdinand. Era demasiado tarde, la policía podría venir y complicarle las cosas. Eso si no volvían los que habían decorado la pared con sangre y su número no era suficiente como para acabar con una manada que ha hecho escapar a una cantidad respetable de vástagos de la Camarilla.
-Tenemos que irnos - dijo Irvin inquisitivo- no podemos quedarnos aquí para siempre.
-Posiblemente se lo hayan llevado ya.-agregó equivocadamente Fran.
-¡No puedo irme sin ese objeto! ¡Me ha costado demasiado encontrar su ubicación! - gritó Ferdinand -¡No puede ser! ¡No puede ser!- repetía sin control.
Fran e Irvin se miraron. Al dar un paso, Fran chocó con una bola que le hizo mirar hacia abajo. Debajo de su pie parecía haber un recorte de periódico. En lo poco que se podía leer en ruso en el pie de foto decía algo así como "Asesinato ... Leipzig ...". En la foto, otro cuerpo mutilado. Fran levantó la vista mirando a Irvin - Esto podría ser...
Antes de que acabase de hablar, Irvin había dado un golpe en el tocador metiendo un cajón que había extraído anteriormente y meneó la cabeza hacia un lado forzando el entrecejo como mandando un mensaje a Fran.
Fran dejó de hablar al momento y se guardó el recorte en el bolsillo.
-¡Tenemos que irnos!-repitió Irvin a los dos minutos.
-Iros, yo me quedo mirando. No puedo irme sin esto... - Ferdinand se encontraba de rodillas en el suelo revolviendo todo lo que encontraba de forma totalmente caótica - Yo...-dijo pasusadamente- no puedo irme sin entregar esto a Frosch.
-De acuerdo. Nosotros nos vamos, ten cuidado.- Irvin hizo un gesto a Fran, y Fran le guió hasta las alcantarillas.


Una vez fuera se fueron rápidamente en el coche al refugio. No podían arriesgarse a quedarse allí esperando. - Frosch ya nos llamará,... muéstrame ese papel.
Fran le leyó lo poco que podía reconocer. -¿Crees que puede tratarse del mismo tipo del que hablaban las noticias en la República Checa?
-Creo que eso es todo lo que podemos esperar... No tenemos nada más.

Llegaron al refugio. Fran le preguntó a Irvin si podía buscar algo en eso que llamaban Internet para poder ayudar en la investigación mientras Irvin miraba otros documentos en el refugio. Irvin le enseñó los principios básicos de búsqueda. Fran se fue afuera a la luz de la luna a buscar con el portatil la poca información que pudiera encontrar.
Pudo ver algunas entradas de periódicos que hablaban de un mismo Modus Operandi para los distintos asesinatos. Definitivamente parece haber alguna relación...
Fran se fue al interior y se lo comentó a Irvin. -Tendremos que ir a Leipzig. ¿Vienes?
-Si no tengo nada más que hacer...
La noche se iba haciendo día con el paso de los minutos y los dos vampiros caían dormidos con los primeros rayos del sol que dibujaban tonos rojizos en el cielo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario