sábado, 9 de enero de 2016

Paradoja - Capítulo 6 - La fiesta

8 de Noviembre de 2010.
19.23 pm. Refugio Brujah en Dresde


Después de unos diez minutos de haberse levantado, Fran decidió ir a alimentarse después de que Irvin le advirtiera de la posibilidad de no dormir en casa por culpa de la noche que acababa de empezar.

Fran estaba acostumbrado a quedarse en pequeños pueblos en las afueras, donde la gente eran trabajadores de campo en su gran mayoría. Y sino se encontraba entre ciudad y ciudad, pero solía evitar las grandes concentraciones de gente. Esa noche, cuando salió de caza tuvo una razón más para tener más cuidado la próxima vez a la hora de alimentarse.

Debido a la alerta en la ciudad, las presas escaseaban por alguna razón en la zona donde fue a cazar y habían planeado encontrarse en una hora delante del refugio para ir a la zona donde habían quedado con el tipo del día anterior. Eso le daban 5 minutos para alimentarse y volver tan rápido como pudiese. Ese día por las prisas no pareció importarle el extraño olor que despedía la mujer que atrapó en el parque. Le había parecido que caminaba normal, que estaba sana. Pero ese extraño sabor en la sangre...

Cuando volvía al refugio empezó a notar cierto aumento en su sensibilidad visual. Las luces de las farolas le molestaban un poco. Pero Fran se sentía bien. Se sentía incluso animado, a pesar de las más que seguras dificultades que se econtrarían esa noche.



Cuando volvió, Fran apenas notó la mueca que hizo Irvin al verle paseando alegre hasta él. Irvin le preguntó si le había pasado algo raro, pero Fran sólo contestó que no deberían esperar tanto tiempo. -Venga, vamos a lo que tenemos que ir. No perdamos el tiempo.
-¿Seguro que estás bien?- repitió Irvin.
-Por supuesto, ¿tiene algo de malo estar animado? - contestó Fran efusivamente mientras se disponía a mirar a Pelos y a acariciarle de tal modo que al pasarle la mano desde el morro a la espalda parecía que le iba a sacar los ojos de las órbitas al hurón.

Se metieron en el coche y se dirigieron al punto de encuentro con su contacto.


Allí estaba de nuevo esperándoles. Irvin y Fran se acercaron.
-Buenas noches, colega, ¿vamos a entrar ya?-Preguntó Fran animado.
-Todavía no hemos hablado de nada, acabáis de llegar - dijo sorprendido mirando a Irvin.-¿Qué le pasa a tu compañero?- preguntó.
-No sé, creo que ha tomado algo raro esta noche...- dijo Irvin.
Fran miraba hacia abajo evitando mirar las farolas. Cada vez brillaban más. O eso parecía.
-Ah, por cierto, no nos han presentado- dijo dirigiéndose a Fran- me llamo Frosch.
Fran extendió la mano observándola como si una extensión de plástico se tratara. Frosch vaciló por un instante, pero al fin se dieron la mano.

Comenzaron a hablar de la estrategia de entrada.
-Tenemos que infiltrarnos en esa casa y coger un objeto. Debido a la situación de la ciudad habrá bastante seguridad... Ya es extraño que la fiesta siga adelante,... pero por lo visto estaban invitadas personajes importantes de la sociedad humana de Dresde y no quieren levantar sospechas sobre la situación del príncipe. Entre otras razones,... supongo.- Explicó Frosch- es una fiesta organizada por miembros del clan Toreador... Muchas figuritas y tonterías dibujadas en lienzos.- Miró a la mascota de Fran.- Yo tengo a alguien infiltrado que os abrirá desde dentro. Vosotros tendréis que hacer el ruido. Yo también estaré buscando desde dentro.
-¿Y no es mala idea meterse en una fiesta de un clan perteneciente a la Camarilla sin avisar y robarles algo que les pertenece? - preguntó Fran. Irvin y Frosch le miraron sorprendidos.-Pero no vamos a dejarnos ver...- respondió Frosch.
-No me parece buena idea. Podríamos complicar más las cosas. ¿Y si sale mal? Sería peligroso. Estaríamos contra ...
-Si queréis la información me tendréis que ayudar. - Cortó Frosch.
-¿Qué piensas de esto Irvin? - preguntó Fran. Aunque no parecía preocupado, sino extrañamente más bien motivado.
-Tengo que hacerlo por mi colega. No puedo echarme atrás ahora. Además él está con nosotros. Si sale mal sale mal para todos.
-¿Bueno... y cómo nos organizamos?
-Tenemos que apagar las luces... y dar la alarma para que la gente salga. Yo os podré abrir desde dentro... quizás, podríais entrar por las alcantarillas.
-¡Yo voy por las alcantarillas!- exclamó Dani - Estas luces me están matando...
-Bueno... entonces yo me encargaré de la luz. ¿Tienes algún mapa o algo que nos ayude a esto?- Preguntó Irvin.
-Os puedo mostrar el camino a seguir por la alcantarilla. Se trata de un alcantarillado especial para las dos o tres casas que forman parte del vecindario. Así que no tiene mucha pérdida... En cuanto al sistema eléctrico... - Frosch sacó un mapa que parecía abarcar unos 2 km cuadrados y señaló lo que parecía un caseto cerca de un edificio bastante voluminoso - aquí puedes cortar la corriente. En cuanto lo hagas nosotros intentaremos dar la alarma para que puedas entrar por la parte de detrás de la casa.
-Bueno... como sea... ¿puedo irme metiendo ya donde sea que tenga que meterme? - dijo Fran impaciente.
-Mira, por aquí vas tú- dijo Frosch señalando otro punto en el mapa - ahora vayamos a pie para no llamar la atención.

Se acercaron a la casa que estaba a unos 2 km de distancia de donde se habían encontrado.
Por el camino explicaron los detalles de cómo entrar en la alcantarilla y qué túneles seguir.
Irvin se separó para hacer sus trabajos de electricista y Frosch indicó a Fran donde debía de ir.

Cuando Fran entró en la alcantarilla por un desague del tamaño suficiente para que una persona de estatura normal pudiera entrar sin apenas agacharse. Él hubiera deseado encontrarse con una total oscuridad. Pero por desgracia para sus sensibles ojos se encontró con una de las más iluminadas que había visto nunca. Aunque tampoco se había metido en muchas, no se imaginaba que fuera así siempre.
Cruzó el habitáculo que era rectángular y tenía un cruce de camino a su destino. Cuando alcanzó la posición indicada vio una rejilla que bien podria dar a una bodega del edificio en el que tenia que infiltrarse. Alli debería de esperar a un tal Ferdinand. Un tipo rubio que le preguntaría por Frosch.
Pasó los primeros 20 minutos mirando y comprobando que no hubiera algo extraño en el suelo o las paredes. Pero todo parecía normal... Al cabo de media hora empezó a sentirse un poco desanimado. Se sentó contra la pared y el tiempo parecía interminable. Cuánto tarda Irvin en cortar dos putos cables...


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