Diario de un inmigrante a 14/01/13.
Raro es que escriba un día seguido de otro, pero más raro es que el título que ya tenía pensado me haya sorprendido al darme cuenta de que tiene que ver con lo que quiero hablar y que también se puede aplicar al hecho de que empiezo a coger carrerilla con el Blog.
Yendo al grano. Cuando estás en una tierra que no es la tuya (hablo como si hubiera estado visitando mil países distintos) ocurren 3 cosas.
-Primera: Hay cosas que te sorprenden bestialmente. Tanto que no logras comprenderlo nunca.
-Segunda: Hay cosas que te llaman la atención y que con el tiempo tomarás incluso como costumbre.
-Tercera: Hay cosas que se pasarán desapercibidas. Posiblemente después de un tiempo te darás cuenta de los despistado que te dejan el primero y el segundo caso.
He llegado a esta conclusión hoy al pasar por delante de un parking que lleva ahí desde que he llegado y que está de camino al lugar donde siempre o casi siempre voy a comprar. Es decir, lo he visto, lo he cruzado, he esperado cerca de él, lo he mirado, he reído, he llor... Como iba diciendo, es el caso número 3. Aunque lo lógico ahora es pensar que también hay lugares para aparcar en mi tierra. Cierto. Pero no tantos y tan coquetos como aquí.
Cada empresa/local/supermercado tiene su pequeño aparcamiento, aunque se trate de dos o tres plazas al otro lado de la calle. Están señalizados como aparcamientos para los clientes de la tienda en cuestión y tiene sus horas de utilización en muchos casos. Incluso en las ciudades hay aparcamientos temporales para ir a recoger algo un momento o sacar dinero en el banco de al lado.
Y ahora, al pasar por delante, me he preguntado que por qué no me he dado cuenta o no me ha llamado la atención. La respuesta creo que es clara. Porque me parecía lógico, me parecía bien y porque soy un despistado también.
El caso es que estos aparcamientos no invaden la calzada ni tampoco la zona peatonal. Se construyeron con inteligencia y un saber hacer que después deriva en mejor organización y fluidez que finalmente, elevado a la máxima potencia como país acaba siendo una tierra que tira adelante por su ánimo de superación y costumbre trabajadora. Porque aunque no se crea, aquí se trabaja también para vivir, aunque no sea una vida comiendo sardinas en la playa o sentado en el sofá viendo un partido de fútbol (que también) no quiere decir que no sea una vida digna de vivir.
A lo que quiero llegar es que detalles como estos hay pocos en España y se puede tomar esto como una exageración, pero si tuviéramos en cuenta esos pequeños detalles igual nos iba mejor que ahora. Y lo mismo que se puede tener ingenio para robar a toda un país, también se puede utilizar ese esfuerzo en mejorar las cosas. Porque como dijo mi abuelo, "pesetita a pesetita se hace una casita" que viene a significar que lo que parece no tener valor en pequeñas cantidades o por separado puede llegar a tener un gran valor cuando se valora en conjunto.
Que bueno sería si en vez de renegar y tirar tanto para la tierra aprendiéramos un poco (y ellos también) para acostumbrarnos a estar bien gracias a sacar partido de la más que posible combinación de lo mejor de cada lugar.
Arrivederci Roma
Hace 15 años
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