miércoles, 9 de enero de 2013

Primer día del año trabajando

Diario de un inmigrante a 09/01/13.

Me gustaría que muchos compatriotas pudieran escribir algo parecido al título al comienzo de este año. Querría decir que tienen trabajo. ¿Gracioso? ¿Raro? Espero leer esto en unos años y extrañarme o sorprenderme de lo bien que va todo en el momento en que lo lea.

Hoy he repartido turrón cual contrabandista de dulces navideños por dos departamentos de mi fábrica. Y ha tenido mucho éxito. Os resultará raro, pero es que trabajo en el extranjero y aquí los turrones no se conocen. Junto a ellos (repartidos en varios platos y en piezas pequeñas) he escrito un cartel que avisaba de la dureza y peligrosidad de comerlo sin pensar en la dentadura además de una pequeña lista de ingredientes (Zutaten) y una nota educativa de idioma castellano con el nombre y traducción.
Ha habido preguntas sobre cómo estuve en España, qué tiempo hacía, si me entristece volver a trabajar dejando la tierra y la familia y amigos detrás,... La respuesta ha sido rápida y sin dudas en algunos casos cómo el tiempo (22 grados al sol estas navidades de máxima) y qué tal me lo pasé. Por otro lado no sé contestar si quería venir o no. Es ambas cosas.

Cuando alguien empieza a hacerse una vida en el extranjero aprende muchas cosas y además empieza a encariñarse también. Pero lo que más me hace superponer el quedarme en el extranjero a la nostalgia es las ganas de vivir algo que no he vivido nunca. Supongo que sea también la fuerza que te dan la juventud y la inquietud por lo desconocido (Tuk, Tuk, Tuk). También es el ser independiente y montar tú sólo lo que hasta ahora te han ayudado siempre a construir y mantener, tu vida.

Ahora me enorgullezco en parte de estar en esta tierra (mi segunda Dahoam) y me alegro de haber conocido a mucha gente que nunca hubiera conocido si no me hubiera animado a venir. Me he dado cuenta de que todo es igual en todas partes aunque con otro idioma y quizás con costumbres que hacen todo un poco más complejo de entender o "tragar". Pero las personas son personas y todas funcionan igual. Hay de todos los tipos y colores. Puede que siendo extranjero sufras racismo, pero también "sufres" el interés y las ganas de conocerte de mucha gente que, al contrario de odiarte inmediatamente después de saber tu procedencia, quieren saber más y más y les gusta conocer gente extranjera, porque al igual que yo, consideran el conocerte como algo positivo para su persona, y en mi caso diría para la enriquecimiento de mi personalidad, aumento de mi experiencia social, descubrimiento de la gran capacidad inherente a cada uno para hacer muchas cosas y no conocemos,... En resumen, se trata de una evolución necesaria para formarse, madurar, y curtirse con el fin de poder reaccionar en un mundo que cada día es más beligerante. Y, digan lo que digan, una de las cosas que me han ayudado a seguir adelante es conocer gente, esa es una de las tareas más importantes a llevar a cabo en nuestra vida, socializar, aprender de los demás y mejorar.

Si me estáis leyendo, os aconsejo de todo corazón salir de vuestra querida tierra, conocer mundo correctamente (no de turismo) y, entonces, y sólo entonces, formarnos una idea y una opinión sobre lo que antes era "Alemania" o "España" o "Inglaterra". Si os pasa como a mí, no pensaréis en países, pensaréis en algo más grande, en la clave. Y esa clave no se aprende en ningún libro, se adquiere en la calle.







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