Diario de un inmigrante a 25/11/13.
Estoy en Austria.
Sí señor, en Austria. Encontré trabajo por aquí y allí he vuelto a lanzarme.
Creo que no es porque no haya encontrado nada en otro lado... o porque obligatoriamente tuviera que venirme aquí. Podría haber recibido el paro hasta encontrar algo en la cercanía de donde vivía hasta hace poco en Alemania. Podría haber buscado en otra zona de Alemania... Más al norte, más cerca de mi familia. Pero he tirado para Austria.
Desde un principio estaba convencido de que lo mejor sería irme de Alemania a esta empresa. No sé por qué, pero al final he cumplido con mi deseo.
Ahora he vuelto a empezar en otro país, en el que se habla peor alemán que en la zona de Baviera.
El caso es que da igual, por h o por b, estoy en otro país. Y estoy luchando por conseguir lo que quiero. O al menos lo que creo que quiero.
El caso es que muchos hacen esto como yo, ya no por no encontrar trabajo en España. Sino por cambiar de aires, probar en otros países, conocer qué se siente al estar sólo ante el peligro, conocer gente, dejar atrás algo que no nos ilusionaba o no nos llenaba. Cambiar la seguridad de no encontrar nada digno por la seguridad de no saber qué encontraremos.
Ahora estoy de nuevo en otro país.
Hay gente que te mira mal, gente que tiene interés en saber de tí. Gente que pasa de tí porque ni le importa que estés ni que dejes de estar. Pero el problema está en el desprecio al extranjero porque "roba nuestro trabajo".
Pero es gracioso como hacemos de pequeñas cosas un mundo. Dicen que los extranjeros quitan el trabajo a los habitantes de esa zona. Pero esa empresa vende a otras empresas de otros países muy lejanos y totalmente distintos a los del suministrador en cuestión. A su vez esta empresa tiene suministradores, de los cuales ella es cliente y que también se encuentran por todas partes. Las empresas que dependen de ellas y de las que dependen, dan de comer a su vez a gente de la zona dónde se encuentran y a extranjeros que seguramente también estén trabajando en ellas...
Si la Empresa A, suministrador de B, deja de recibir pedidos de B, no gana más dinero. Si B se encuentra en Bélgica, y A en Austria, la empresa A de Austria debe buscarse otras empresas a las que vender su producto para no perder dinero. O no terminar echando gente. Pero si A no encuentra nada, la gente es despedida. Y entonces hay descontento general y si hay extranjeros en la empresa, la culpa de eso será de los extranjeros, que ocupan puestos que podrían ocupar otros austriacos.
Nada más cierto.
Pues hasta ese momento, esa empresa A vivía de los pedidos de B en Bélgica. Por culpa de una empresa extranjera ahora hay gente que va a la calle. Pero... ¿no ha sobrevivido un grupo de gente, o mejor dicho, se ha enriquecido hasta entonces gracias a extranjeros?
Estaban flotando en una nube que se podia desvanecer en cualquier momento. Y ellos no podían hacer nada, pues se trata de un mercado internacional. Desde Austria no pueden intentar ayudar a Bélgica invirtiendo en algo tan lejano que en realidad terminaría empobreciéndoles a ellos mismos, desde el punto de vista nacional, lo que iría totalmente contra su propia filosofía xenófoba.
Esto es un análisis muy específico sobre un campo en el cual siempre aparece este fenómeno.
Pero se puede extender a otras zonas críticas. Sólo hay que poner dos o tres ingredientes (causas) y aplicarle un poco de calor, tensión, ... y tendremos los efectos.
Pero analizado desde la simpleza se llegará siempre al mismo final.
Todo es básicamente buscar un culpable a nuestros problemas. En el ámbito social internacional, los malos son los extranjeros, que corrompen nuestra sociedad con su cultura y las bocas que tienen que alimentar, reproduciéndose como ratas y destruyendo lo que siempre fue bien en nuestra tierruca.
Pero si se trata de parejas también hay siempre un culpable de que yo no consiga estar con esa chica que me gusta tanto... o conseguir ese puesto de trabajo que siempre codicié... O conseguir tener ese coche que siempre quise y que tiene el cabrón de mi vecino, que se toca los cojones, o siempre está de baja, o qué sé yo.
Envidia y egoísmo que se convierte en un odio ciego, desprecio al prójimo y búsqueda de la culpa en el que tenemos delante... o detrás.
El problema está oculto detrás del término racismo. Pero desde un punto de vista más amplio, lo metería todo junto en egoísmo.
El
odiar al extranjero es sólo una variante. Si envidias a tu vecino por
el coche que tiene, ya le buscarás algún defecto por el cual tener una
explicación para odiarle/no quererle en tu cercanía (aunque este no sea
exactamente un defecto, sino que le adherimos automáticamente ese
valor).
A
un extranjero no le quieres por no pertenecer a tu cultura, al vecino
de en frente por no pertenecer a tu clase social, al viejo "ese" por no
entender tu juventud (no ser contemporáneo), al niñato "ese" por no
comportarse como tú lo harías (lo mismo que con el viejo), al negro por
no ser blanco, al blanco por no ser negro, y así... Lo que pasa es que
el extranjero lleva muuuuchas cosas distintas ya en su definición. La gente no admite a otras personas por diferenciarse de ellas, y esto lo hace el egoísmo innato en el ser humano. Se dan dos casos. Si tienen algo que se desea, o si lo tienen ya y no quieren darlo.
Si lo miramos desde el punto de vista que debemos mirarlo, nos daremos cuenta de que las cosas se regulan y que todos tenemos derecho a tener un hueco allí dónde lo encontremos. Y no es que ese hueco lo hiciéramos nosotros empujando a los que ya estaban allí. Si alguien encuentra un hueco, es porque lo había y porque es ley de vida que sea ocupado.
Porque al final todo tiende a ser lo que ha de ser. Y todos tenemos una propiedad muy importante, somos parte de un todo. Todos formamos parte de un paquete. Somos átomos que buscan su posición en el espacio. La composición cambia, las propiedades también (para bien o para mal según como NOSOTROS queramos mirarlo). Pero seguimos siendo seres vivos que intentan sobrevivir.
Deberíamos ver las cosas desde un punto de vista más allá de la valla del vecino o el jardín de la vecina. Y hablar en consecuencia. A veces mordemos la mano de los que nos dan de comer sin darnos cuenta.
Arrivederci Roma
Hace 15 años